miércoles, 21 de enero de 2009

Artesanas y artesanías: indígenas y mestizas de Chiapas construyendo espacios de cambio.(Sección Temática)



Publication: Revista Liminar
Publication Date: 01-JUN-04
Autor: Ramos Maza, Teresa

COPYRIGHT 2004 Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas

"Yo siempre trabajo con mis manos, luchando con mis manos, tejiendo todo lo que sé y mi mamá siempre lucha trabajando" (Artesana tseltal)

Introducción

El propósito de este artículo es mostrar que las mujeres indígenas artesanas y comerciantes mestizas de los Altos de Chiapas, han creado una nueva artesanía textil que se ha originado a partir de la conjunción de creatividades, intereses y habilidades de las artesanas tseltales y las comerciantes mestizas. Una de sus consecuencias es que se ha creado un espacio a través del cual han obtenido una mayor capacidad de tomar decisiones al interior de la familia, de manejar y controlar recursos, y de participar en la actividad política de sus localidades.

Para situar este estudio en un contexto más amplio describo y discuto las diferentes modalidades o vías que han seguido las familias artesanas de algunas regiones del país para documentar los cambios, adaptaciones y nuevos significados en la producción y consumo de las artesanías en el México del siglo XXI. También reviso y discuto los diferentes hallazgos de estudios realizados sobre el trabajo a domicilio en áreas rurales del país, y sus efectos en las relaciones sociales y de género. Propongo que a través de las diferentes vías de la producción de artesanías en nuestro país, se ha dado también una diferenciación del trabajo a domicilio y de formas de vivir el trabajo femenino y lo doméstico. Estas formas de trabajo no necesariamente significan un confinamiento de la mujer que propicia o refuerza una condición de subordinación femenina.

Artesanías: globalización e interculturalidad

En la Ciudad de México, a fines del siglo XX, recorriendo un supermercado me llamó la atención un grupo de personas observando muy atentamente un escaparate: ¿qué nueva tecnología doméstica llama tanto la atención de los cslientes? Para mi sorpresa no se trataba de la transmisión televisiva de una visita del Papa, tampoco de un partido de fútbol; el hecho que provocaba la curiosidad de la gente era la exhibición de un anciano artesano que al igual que un malabarista del circo, trabajaba hábilmente con sus pies, manos y boca, haciendo molinillos de madera.

Durante la visita a la casa campesina hecha con pencas de maguey y exhibida en el Museo de Culturas Populares, del Distrito Federal, uno se pregunta por la población que habita estas viviendas en el campo mexicano. Probablemente algunos estén en sus poblados, otros en Estados Unidos, algunos tratando de cruzar la frontera. Si se observan los alrededores del museo se puede contemplar a vatios de ellos vendiendo artesanías en sus improvisados puestos ambulantes para los cuales basta un pedazo de tela extendido sobre la calle.



En la plaza de Coyoacán, Distrito Federal se observa a infinidad de personas haciendo, vendiendo y comprando artesanías. En la exhibición e intercambios pueden estar reunidos a un liempo huicholes, "deefeños", estadunidenses, franceses, mixtecos tsotsiles, entre otros. Si paseamos por la calle Real de Guadalupe, la calle de las artesanías de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, fácilmente podremos observar en alguna tienda a las mujeres indígenas y mestizas intercambiando ideas sobre el diseño de alguna prenda textil.

En el México de hoy, las artesanías, contra todas las predicciones, no han desaparecido. Su persistencia se debe en gran parte a la diversidad de estrategias de vida que los artesanos-campesinos han creado. Las artesanías forman parte de la diversidad de productos para el mercado que han cobrado en algunas áreas rurales, tanta o mayor importancia que los productos agrícolas. En las diversas regiones del país, la población rural recurre a múltiples y novedosos caminos no sólo para sobrevivir en su tierra sino también para crear otras formas de vivir y satisfacer nuevas pautas culturales e, incluso, para posibilitar la salida de su territorio en busca de otros empleos y opciones de vida.

Las familias artesanas han recreado y diversificado la producción artesanal de la misma manera en que los habitantes del campo mexicano ha reproducido y diversificado sus espacios. Los cambios en el campo se han dado de acuerdo con la confluencia de factores tales como la migración, las tradiciones y culturas locales de trabajo, la modernización de los servicios públicos y d comportamiento --generalmente desfavorable para dios-- de los mercados nacional e internacional en donde participan sus productos. Así, en algunas regiones desaparecen ocupaciones tradicionales al tiempo que aparecen nuevas, tal como ha sucedido en el Valle del Mezquital y en la región del Bajío (Arizpe, 1978; Arias, 1994).

Mientras en algunos pueblos las actividades artesanales se han perdido para dar paso a procesos de manufactura y maquila industrial, en otros, la artesanía pasa a ser, a la par de la migración, parte esencial de la organización del trabajo familiar. En muchos poblados una de las ocupaciones de los que se quedan es la actividad artesanal. Actualmente se registra un número aproximado de 10 millones de artesanos en el país (1). Es un hecho conocido que en el campo mexicano la producción agrícola ya no es la actividad sobre la cual recae la organización del trabajo rural y que la importancia concedida a su realización es desigual entre las áreas rurales del país.

Las anteriores imágenes e ideas sobre las familias artesanas y la artesanía en los inicios del siglo XXI me han motivado a plantear entre otras, las siguientes preguntas: ¿qué nuevas prácticas sociales se han generado entre las mujeres involucradas en esta actividad? ¿En ese acto de producir, vender y comprar un objeto de uso reconocido como muestra de la cultura popular, qué nuevas relaciones e interacciones se configuran? ¿Cómo estudiar la artesanía en el México de hoy?

En los siguientes apartados trataré de aproximarme a la respuesta a estas preguntas.

Las artesanías: diversidad en el consumo y la producción

Como parte de las llamadas culturas populares tradicionales, las artesanías se han reproducido transformándose en gran parte por el interés de los artesanos en mantener su herencia y renovarla al tiempo que obtienen ingresos, establecen relaciones externas y ganan prestigio. Además, existen factores tales como las motivaciones para consumir artesanías de algunos sectores como medio para afirmar identidades o distinguirse por el gusto refinado y tradicional; y la política estatal y promoción gubernamental que usa lo popular para consolidar la unidad nacional al tiempo que estimula la creación de empleos que disminuyan la emigración, fomente la exportación y como estrategia que vincula los productos típicos con el sector del turismo, (García Canclini: 1989; (Novelo, V: 1993).

García Canclini (ibid) ha señalado cómo al tiempo de la reconversión económica y de las políticas gubernamentales, se produce la reconversión realizada por las propias clases populares que adaptan sus saberes y hábitos tradicionales. También sugiere varios elementos básicos para el estudio de las artesanías en la modernidad: a) las culturas campesinas y tradicionales ya no representan h parte mayoritaria de la cultura popular; b) lo popular no se concentra en los objetos; c) lo popular no es monopolio de los sectores populares; d) lo popular ya no es visto por los grupos populares como muestra de un supuesto arraigo a la tradición; y por último, el hecho de que la interacción comercial ha fortalecido también la organización étnica al tiempo que logra mejorar la economía de las familias artesanas.

La moderna producción artesanal mexicana se distingue por la gran heterogeneidad de sus productos, de sus formas de organización y relaciones sociales en el trabajo y distribución y de su consumo. En el siglo XXI, el gusto por y el consumo de las artesanías han sufrido múltiples transformaciones y su valoración ya no se restringe a los sectores "cultos que gustan del arte" y a los intelectuales que admiran y protegen nuestras raíces y ven en las artesanías manifestaciones de resistencia al capitalismo, (Novelo,1993:46). Las artesanías han sido clasificadas en cuatro categorías según el tipo de consumidor: para el turismo masivo-dirigido; para decorar interiores, para el coleccionista y para la galería de arte, (Turok, M., 1988). En el mercado de artesanías se pueden encontrar objetos que son verdaderas piezas de arte y que pueden convertirse en piezas de exhibición en museos hasta objetos que han sido calificados como "objetos chatarra amenazadores de la calidad tradicional y productos de la mercantilización pervertidora" (2), pasando por los productos que desde siempre han sido considerados representativos de la "cultura popular" como las máscaras, los juguetes de hojalata, huipiles, ollas y figuras de barro, canastos y utensilios de cocina, por ejemplo.

Ahora, los objetos artesanales ya no sólo son bienes que adquiere el turista porque representan al "mundo exótico" y cumplen la función de "constancias y recuerdos" del viaje a otros países, sino han pasado a ser objetos de uso cotidiano entre la gente local. Cualquiera que visite algún supermercado en México, Distrito Federal puede observar áreas destinadas a exhibir algún tipo de artesanía. Esto nos habla de que el consumo de artesanías es realizado por sectores más amplios de la población y en los cuales persiste su uso para resaltar un cierto estatus cultural, pero no sólo por ser un producto elaborado manualmente sino que ahora tienen mayor peso otros significados como el carácter estético o el ser un objeto funcional y bello a la vez (3) (Ejea, 1998).

Si seguimos la pista de las artesanías se pueden observar las nuevas paradojas que han surgido en la globalización (4) a través de la producción y el consumo de este objeto considerado como expresión de cultura popular tradicional. Cuando en la capital de nuestro país, muchos mexicanos dicen adquirir artesanías por ser representativas de "nuestras raíces" y los significados giran en tomo a la "identidad nacional" (Ejea, ibid.), los artesanos ven y salen al mundo, tejen figuras creadas por Picasso, Escher, reproducen a Van Gogh.

Otro elemento que caracteriza hoy el consumo de artesanías es el hecho de que al mismo tiempo que existe un consumo diferenciado entre los distintos sectores socioeconómicos y culturales -evidente sobre todo en la calidad, precio del producto y sitio de venta-, el objeto artesanal también puede ser visto como un símbolo de acercamiento entre los distintos grupos sociales y diferentes países. He observado en alguna ocasión a turistas europeas, nacionales y mujeres locales sonreír divertidas viéndose así mismas y a las otras portando todas blusas muy parecidas elaboradas por artesanas de los Altos de Chiapas. Un tipo de uniformidad en el vestir como el que representa la ropa de mezclilla. Sin embargo, esta uniformidad en el vestir también es muestra de la globalización como un "reordenamiento de las diferencias y desigualdades sin suprimirlas", (García, 1995:13)

Las vías de la artesanía mexicana

Los intercambios e interacciones entre la economía nacional de mercado y las economías rurales locales han provocado un reordenamiento profundo de las relaciones sociales y políticas que regulan la vida económica y los procesos productivos de las poblaciones rurales. Destacan en estas transformaciones, por una parte, los cambios provocados por la fuerte estatización de las políticas locales y regionales que ha fomentando que el caciquismo y el apego a los proyectos surgidos del interés político, se conviertan en los métodos básicos de distribución de recursos en el campo. Por otro lado, se ha dado un desarrollo de mercados monetarios: las familias campesinas han monetarizado su economía, es decir han ido cobrando importancia las transacciones monetarias de bienes de consumo y de factores de la producción. En algunos espacios rurales, se han individualizado las estrategias de sobrevivencia o acumulación y se han reestructurado las relaciones familiares, tanto por la degradación de los sistemas de autoridad y cooperación de la economía moral de las comunidades agrarias y principalmente por la redefinición de las relaciones de parentesco y reciprocidad causados por la emigración y semiproletarización generalizadas de la población, (Garcia B., y Garcia B., 1992). Por otro lado, se ha señalado también la dificultad de establecer fronteras entre los espacios urbano y rural y sobre todo del carácter del trabajo femenino.

2 comentarios:

  1. Hola, cómo puedo comprar desde el extranjero? Se pueden hacer pedidos? Si me proporcionan un @mail para entrar en contacto sería lo mejor.
    Gracias y felicidades por tan bellom proyecto !

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  2. Hola Evelin...encontre tu mensaje y me interesa saber en que parte te encuentras y que productos te interesan, yo estoy en México, mi email tallercreativo_mrv @yahoo.com.mx

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